Martha Lidia Oxi, la primera mujer Maya-Kaqchikel que enseña chino mandarín en Guatemala

¡Qué Chilero! Martha Lidia es una guatemalteca que se convirtió en la primera mujer maya Kaqchikel que enseña chino mandarín en Guatemala y una mujer que busca el empoderamiento de mujeres jóvenes de nuestro país.

Su historia ha inspirado a muchos jóvenes y ha tenido la oportunidad de recibir reconocimientos a nivel nacional e internacional. Te contamos más de su historia.

Martha Lidia Oxi, la primera mujer maya Kaqchikel que enseña chino mandarín

Martha es parte de la comunidad Maya en Guatemala y ha desarrollado sus estudios en los Estados Unidos y en Taiwán. Se ha caracterizado por no establecer límites a sus sueños, especialmente límites geográficos y entre sus pasiones se encuentra la educación, sostenibilidad, el liderazgo indígena y la igualdad de género.

Descripción de la foto para personas con discapacidad visual: Afiche donde se observa a una mujer con indumentaria típica. (Créditos: Embajada de Taiwán)

Ella es también uno de los miembros más activos de MAIA Impacto Infinito una organización a favor de los intereses de la comunidad maya, con enfoque en la educación y empoderamiento de mujeres jóvenes. Martha ha compartido en entrevistas: «Cuando estaba estudiando en Taiwán todo lo que experimentaba era completamente interesante; el costo accesible de la educación, los recursos educativos, el acceso a distintas oportunidades, la salud pública, el trabajo fijo, la seguridad, la justicia y el bienestar».

Descripción de la foto para personas con discapacidad visual: Mujer con indumentaria típica sonríe para una foto. (Créditos: FB. Martha Lidia Oxi)

Según ha compartido, Taiwán la inspiraba constantemente y cuando regresó a su país se comprometió a hacer un cambio positivo para su pueblo.

La guatemalteca que busca inspirar a su comunidad

Martha habla cuatro idiomas: Kaqchikel, español, inglés y chino mandarín, es originaria de San José Poaquil, madre y una guatemalteca que busca inspirar a su comunidad. Por medio de la educación busca seguir rompiendo paradigmas y continuar con su trabajo de empoderar a las niñas y jóvenes de su comunidad.

La guatemalteca se inscribió en la facultad de Medicina y comenta que tenía que viajar todos los días 37 kilómetros y hacer seis horas de viaje, pero sus sueños eran más grandes y así consiguió postularse a becas y cumplir sus metas. ¡Todo un orgullo para Guatemala!

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