Montañismo
Esta es la historia de Don Martin Sis, considerado como el pionero de las rutas turísticas que existen en el volcán Acatenango, Chimaltenango.
Hoy en día, el grado de dificultad para escalar el volcán Acatenango es menor gracias a los caminos que se han construido con el paso del tiempo. La idea original de establecer un sendero para llegar a la cumbre fue de Martín Sis, el pionero de las rutas turísticas en el volcán.
Don Martín, como fue conocido por la mayoría de montañistas y personas que frecuentan el volcán, será recordado por ser el primero que construyó una ruta de ascenso.
Nació en el oriente del país y desde joven trabajó en agricultura en una finca, donde actualmente se encuentra la Aldea de la Soledad. Fue en sus jornadas laborales, como don Martín comenzó a conocer los senderos del volcán.
Un día, decidió trazar el sólo un camino que le facilitara llegar a la cima. Según cuenta, la ruta la construyó en un día con la ayuda de su machete. Fue así como surgió la ruta original del volcán, conocida como «Las 3 Marías«.
Se involucró en el montañismo desde 1950, ya que comenzó a llevar a turistas que buscaban explorar los volcanes de Fuego y Acatenango. El se encargaba de guiarlos y facilitarles el acceso a estos volcanes.
Gracias a su experiencia y conocimiento del lugar, se convirtió en uno de los primeros guías del lugar y junto a su familia, son considerados pioneros en la prestación de toda clase de servicios a los montañistas que los visitan.
Don Martín perdió la cuenta de las veces que escaló el volcán Acatenango, a comparación del volcán de Fuego, el cual calcula que realizó 5,000 ascenso. La última vez que subió el Acatenango fue a sus 84 años.
Actualmente, la ruta de Las 3 Marías ya no es tan frecuentada por turistas debido a que existen otros caminos. De igual manera, aún se utiliza para los corredores de montaña o escaladores con bastante experiencia como Bárbara Padilla o Andrea Cardona, entre otros.
Don Martín se convirtió en un padre ejemplar para sus hijos, en especial para Jaime, quien desde los 12 años comenzó a escalar el volcán. Desde el principio escuchó con atención cada uno de los consejos e indicaciones que le daba su padre.
El trabajo que Martín realizó como guía, para Jaime es una herencia que le dejó a él y a los nietos. ¡Qué orgullo! Sin duda alguna, don Martín dejó un legado en el mundo del montañismo, aquí te compartimos una entrevista que tuvimos con él y su hijo:
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