(Foto: Standoff Studios)
Samabaj, la atlántida maya o también conocida como la ciudad maya sumergida en el Lago de Atitlán, es un descubrimiento realizado por el buzo guatemalteco Roberto Samayoa Asmus.
¿Sabes cómo encontró este enigmático lugar? Aquí te contamos la historia.
(Foto: Adobe Stock)
Roberto Samayoa es un buzo profesional que disfrutaba de llevar a cabo esta actividad en el Lago de Atitlán. En una de sus exploraciones encontró una vasija que estaba entre algunas piedras.
Esto despertó su curiosidad sobre cómo había llegado allí y siguió buscando más piezas hasta encontrarlas.
(Foto: Casa K´in)
Con la ayuda de expertos pudo determinar que las piezas encontradas databan del período Clásico Tardío y Preclásico.
Gracias a esta información planeó bucear lejos de la orilla y en aguas profundas para revelar el misterio de por qué se encontraban en este lugar.
(Foto: Pueblos Originarios)
En sus siguientes exploraciones determinó que bajo del Lago de Atitlán se encontraban diferentes estructuras que formaban algunas construcciones.
(Foto: Pueblos Originarios)
En 1998 el sitio fue nombrado como Samabaj, que es una unión de las sílabas del apellido de Roberto Samayoa y abaj, que significa piedra.
(Foto: Pueblos Originarios)
Su primer reconocimiento arqueológico se dio en 1999. Y fue hasta el 2007 que se pudieron crear mapas de las estructuras.
Fue así como se determinó que esta fue una isla que se elevaba a 175 metros sobre el fondo del lago y que tenía 477 metros de norte a sur y 340 metros de este a oeste. Y que se encontraba frente a las faldas del volcán Tolimán.
(Foto: Pueblos Originarios)
Se cree que desapareció debido a que el agua subió su nivel cubriéndola completamente. Y que contaba con una plaza ceremonial, altares, estelas y tres grupos de estructuras.
(Foto: Standoff Studios)
(Foto: Pueblos Originarios)
Actualmente las piezas que se han encontrado en el lago se pueden visitar en el Museo de Arqueología Lacustre del Lago de Atitlán, Posada de Don Rodrigo, Panajachel.
¿Conocías sobre este descubrimiento?
(Foto: Argus Vlinder)